El poder es antiestético. Formas que gritan… barricadas de sonido que se interpongan a este diseño social vacío. Los que mandan nos quieren convertir en idiotas sin ideas y lo están consiguiendo. Cada acción, cada escultura, cada forma, cada color, cada sonido, cada poema son un canto a la libertad, un canto a recuperar al ser humano que nace libre con capacidad, con creatividad.
Arte es creer en nosotros y saber que la vida es efímera: Mañana es tarde.
Arte, vida, compromiso, revolución, conciencia: ¡apaga la tele, tírala por la ventana! (mira antes de tirarla por si acaso, no vaya a pasar un coche de Teléfonica).
No me gusta el poder.
No me gustan los políticos.
No me gustan los centros comerciales (me dan frío).
No me gustan las multinacionales (ni sus proyectos grises).
No me gustan los chalés adosados, ni el hormigón que cubre de sombra el bosque, que aniquila la orilla de un río.
No me gustan los medios de comunicación, ni las mentiras que nos sirven en cartas de restaurantes de cinco estrellas.
No me gustan las personas intransigentes ni las que son incapaces de aprender de sus errores.
No me gustan las cadenas de alimentación que fabrican sus hamburguesas con veneno y sangre mientras apoyan sus pies en alfombras de espinacas robadas al agricultor después de muerto.
No me gustan las rebajas (esas máquinas de destrucción masiva).
No me gustan los juegos olímpicos que aniquilan culturas para, en su lugar, construir grandes estadios que luego no sirven para nadie.
Mi bandera es la creatividad; en las demás no creo. Mi compromiso es dar forma a un gran chorro de agua y poner voz a sus formas sin palabras; las otras se las lleva el viento. Las huellas del pasado cada vez son más borrosas y, mientras, se gastan millones en construir espacios multiuso que, en realidad, nadie usa.
Amo las palabras que se convierten en acción. Amo las acciones que provocan sentimientos y el azul como fondo de un poema de acción directa. Mañana es tarde: ahora es el momento.
Abro los ojos y descubro una flor que se dibuja en la espuma del café. Le doy un sorbo y en mi boca rompe una ola, como espuma blanca de un país sin prejuicios, que no existe. ¡Sí! ya lo decía Legasse, que escribía palabras en un pentagrama oxidado convirtiéndolas en canciones de bucanero al grito de ¡al abordaje! Tomemos en el Congreso y convirtámoslo en una Biblioteca, en una Escuela de Música…
Arte es Belleza (y a ti te quiero un montón).
Ahora me tengo que ir…